miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL SILENCIO ES SALUD


EL SILENCIO ES SALUD


“El silencio es salud”.

Eso me enseñaban en la escuela.

Escribía ese eslogan una y otra vez

y hasta hacía dibujos para que fuese más digerible.

Personitas en una plaza.

Personitas en un parque de diversiones.

Personitas tomadas de la mano.

Mudas.

No podían decir “te quiero”,

ni “me duele”,

ni preguntar “por qué”.


“El silencio es salud”.

Pero a ellos no les gustaba el silencio.

Les gustaban los gemidos, los aullidos, los llantos.

El silencio era salud para nosotros,

que teníamos que callarnos

cuando ladraban los perros,

cuando arreciaban los gritos,

cuando se llevaban de los pelos a la chica de al lado

(“Pero la chica, ¿no miraba la telenovela?

¿No iba a comprar el pan?

¿No jugaba con su hijo como mamá juega conmigo?

¿La chica era mala?

¿La chica nos iba a matar a todos?”

“Callate, nena, callate,

y seguí cortando papelitos,

mirá que Argentina le gana a Holanda

y hay que tirar muchos papelitos…

Callate que  sí,

que nos van a matar a todos.”)



“El silencio es salud”.

¿Cuánto silencio significó en mi vida

crecer entre personitas mudas

y chicas muertas?



Ahora grito lo más alto que puedo.



Creo que jamás estuve tan sana.






De "Pan de Agua - Poesía social contemporánea de Bueno Aires", La Luna Que (2017)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario