miércoles, 17 de agosto de 2016

SOBRE LA POESÍA DE PAOLA IPPOLITO


SOBRE LA POESÍA DE PAOLA IPPOLITO

Hace poco menos de diez años, antes del boom de las redes sociales y en pleno apogeo de los blogs personales, muchos de ellos dedicados a la literatura, recibí un mensaje de una escritora a la que no conocía pidiéndome algún consejo acerca de cómo dar a conocer su trabajo en la web. Le respondí desde mi experiencia como poeta y bloguera y, a partir de ese momento, entablamos una amistad que fue afianzándose con los años. La chica en cuestión era Paola Ippolito y me permito contar esta pequeña anécdota porque, al igual que ella, no creo en las casualidades. Que nuestros caminos se cruzaran, que descubriéramos la una en la otra inquietudes afines, un mismo modo de encarar la palabra y un mismo modo de vivenciar el hecho poético, como vehículo de sanación y cambio, de visibilización de situaciones que nos afectan como sociedad, de herramienta de lucha, no es casual. No es casual que yo esté escribiendo estas palabras sobre una poeta y  mujer a la que admiro y quiero, y cuyo trabajo me conmueve y me sorprende día a día.
La poesía de Paola Ippolito es una poesía visceral y hondamente comprometida. Una poesía que trasciende las experiencias personales y se enfoca allí donde la sociedad tiene una herida que debe y merece ser sanada. Un grito donde la hermosura y el talento se conjugan para llamarnos la atención acerca de situaciones dolorosas y, asimismo, un bálsamo para ese dolor que nos atraviesa como ciudadanos y, sobre todo, como hombres y mujeres de bien. Paola se adueña de la palabra, la trabaja con celo de orfebre, y nos ofrece una poesía que impacta no sólo por su contenido sino por la delicadeza y la belleza con la cual ese contenido es presentado. Ricas metáforas, musicalidad y cadencia, profundo lirismo, se conjugan en cada poema y ponen de manifiesto una voz imprescindible en el panorama poético actual.
Paola es una mujer que ha sabido hacer de la poesía un vínculo con aquellos que sufren. Que ha llegado con su voz a muchas personas que no se acercan habitualmente al hecho poético pero que se han visto contenidas y abrazadas por su palabra. Personalmente, considero, en consonancia con el inmenso Nicanor Parra, que la poesía no es un objeto de lujo, sino un artículo de primerísima necesidad. Un artículo que debe ser lo suficientemente poderoso como para romper el círculo vicioso en el cual los poetas son leídos únicamente por poetas y llegar a la sociedad en su conjunto. Paola logra construir ese artículo, convertirlo en herramienta de cambio y en bastión popular, sin hacerlo perder la belleza formal que lo definen como poético. Un gran logro que no todos los escritores y, sobre todo los poetas, somos capaces de alcanzar.
Es cierto: quiero a Paola, y la quiero mucho. Pero ese cariño, que sé correspondido, no es el que me lleva a considerar su poesía del modo en que lo hago. Más allá del afecto que yo siento por Paola Ippolito, sé, comprendo, vivencio, que su trabajo cumple con la premisa fundamental del hecho poético: sumarle al mundo una cuota de belleza y hacerlo diferente y mejor. “El mundo no vuelve a ser el mismo cuando le agregamos un buen poema”, sentenciaba el talentosísimo poeta británico Dylan Thomas. Paola escribe y transforma y mejora al mundo, hecho que la define como una artista imprescindible y una poeta cuya voz trascenderá los avatares del tiempo y el espacio.

Raquel G. Fernández



  

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