jueves, 27 de agosto de 2015

LA MALDICIÓN DE LAS CONEJITAS DE PLAYBOY


LA MALDICIÓN DE LAS CONEJITAS DE PLAYBOY



Las conejitas de Playboy están malditas.

Ni sus vehementes melenas

ni sus culos redondos como las manzanas de cera

que adornaban la frutera de mi abuela

las salvan de la catástrofe.

Suelen enredar el glamour de sus piernas

en los párpados de vaqueros inútiles

que las aman desnudas y las sueñan en burka,

y las matan porque no pueden

con unas tetas tan dulces.

Se dejan devorar por ese cáncer rosa

al que bautizan amor

y cuando las tripas les duelen hasta el alma

manotean un teléfono,

un frasco de pastillas,

una tijera ardiente para cortar

los ladridos de la noche.

Algunas se estrellan en autos lujosos

a no sé cuántos kilómetros por hora

y las revistas inventan historias de rubias decapitadas

y demonios que no avisan y traicionan.



Otras cumplen cuarenta años.




Arte: "Amanda Callahan", Robyn Twomey



4 comentarios:

  1. has develado el lienzo
    ácida mirada y es que no puede ser de otro modo
    los años no perdonan aunque la silicona y botox den la pelea

    abrazos

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    1. Los años no perdonan, ni a ellas ni a nosotras. Tampoco la sociedad que nos exige estar siempre flacas, bellas, radiantes. Un abrazo, amiga querida.

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  2. La edad no perdona...
    Pero es imperdonable no estar aunque la belleza para un momento de pequeñas glorias ya se haya evaporado...

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