jueves, 16 de abril de 2015

UN TAL JULIO


UN TAL JULIO


Un tal Julio se desnuda en París, se palpa el cuerpo buscando una cifra, un nombre,

un lugar que olvidó y sólo visita con los ojos vendados cuando se arranca la vigilia

(se desnuda en una mujer que brilla como una marquesina,

que anuncia champagne y bailarinas de cancán,

y se apaga cuando las veredas del sueño comienzan a angostarse

y se convierten en cintas grises donde el café se enfría, y el polvo

edifica castillos de pena sobre los párpados de la mañana).



Un tal Julio llueve en París,  llueve sobre los locos que cobijan palomas en sus manos,

sobre las niñas que embellecen sus sexos con florecitas azules y gorriones concéntricos,

sobre la cara de esa mujer, la que brilla y se apaga,

la que se  busca en el cuerpo, la que recalienta día a día en la memoria

como a un plato de comida que no se atreve a probar.



En París,  la Alejandra-bicho  pulveriza rosas desde la alcantarilla del recuerdo,

la Maga muerde el pan de los ingenuos

y los conejitos que vomitó  una señorita atildada al otro lado del mundo

flotan como nubes de algodón de azúcar sobre la hoja en blanco.

Y el tal Julio se desnuda, el tal Julio llueve, el tal Julio escribe.



Escribe, para salvarse y salvarnos. Para que nos rocen, alguna vez

(por obra y gracia de un dios hecho de lluvia y de mujeres que siempre dan la espalda)

los delicados  labios del milagro.





Arte: Benjamin Lacombe

Poema Seleccionado para integrar la Antología “Puente de Palabras X”,  Ciclo de Narrados y Poetas del Mercosur, Área de Cultura Distrito Sudoeste, Rosario, Santa Fe (2015)




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