viernes, 27 de septiembre de 2013

JENNY


JENNY 

A Robert Burns  


La pobre chica

arrastraba las enaguas a través del centeno.

Las enaguas empapadas de llanto y sudor,

casi tan pesadas como una mortaja.

No había guardianes

entre el centeno

que vigilaran que ella no fuera más allá

y cayera en la fosa de la hipocresía.

Un beso puede ser una cuchilla de afeitar

hincada en las venas del insomnio,

un retablo de lutos y graznidos,

un prólogo de latitudes muertas.

La pobre chica casi nunca estaba seca

(a veces llueve sobre un solo relámpago).

Y arrastraba las enaguas a través del centeno.

El fuego elemental de sus enjambres

estaba muerto

antes de que alguien le dijera que no

y el gallo cantara tres veces

y ella supiera que, cuando dos personas se encuentran

entre el centeno,

alguien tiene que llorar,

siempre.



Arte: Benjamin Lacombe
  
Del poemario "Cierta condición nocturna", GPU Ediciones, 2013


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