sábado, 24 de diciembre de 2011

HAPPY CHRISTMAS


HAPPY CHRISTMAS

“Ev'rybody had a hard year.
Ev'rybody had a good time.
Ev'rybody had a wet dream.
Ev'rybody saw the sunshine.
Oh, yeah. Oh, yeah. Oh, yeah.
Ev'rybody had a good year.
Ev'rybody let their hair down.
Ev'rybody pulled their socks up.
Ev'rybody put their foot down.
Oh, yeah. Oh, yeah. Oh, yeah.”
Lennon – McCartney, “I've got a feeling”



De pronto y  sin saber  

cómo aconteció 

semejante calamidad, 

estás debajo/ sobre 

una pila foránea de hojas de muérdago 

tratando de conciliar un verano abrasador 

con la idílica postal nevada 

que te vendieron los que venden 

ilusiones “made in USA”. 

Tuviste un año bueno, 

tuviste un año malo, 

tuviste más años de los que jamás hubieras querido tener 

y sos tu madre en el retrato 

de la mesa servida, 

saciando un ejército de bocas 

que jamás dijeron

lo que querías escuchar. 

Tuviste tus sueños húmedos, 

pero ahora sos tu madre 

y el sexo apretado se desperdicia 

debajo de tu vestido nuevo. 

Se acortaron los sueños 

y se alargaron las polleras.



Alguien pide más vitel toné 

y vos te preguntás 

si de verdad brilló el sol alguna vez, 

mientras la noche festiva/ fétida 

te cuelga una máscara insulsa 

que quizás disuelva la quinta copa de champagne.

O quizás no. 

Deberías haberte dejado el pelo largo, 

la vida larga, 

para seguir siendo la hija de tu madre 

y no ser ella 

dormida/ despierta 

sobre las ruinas del mantel. 



En tu puta vida viste un reno 

y puede que no lo veas nunca. 

No creés en Dios 

ni en los viejitos barbados que no fuman 

y no extienden la mano

reclamando la limosna del recuerdo. 

Pero la ceremonia se repite 

diciembre a diciembre, 

porque sos tu madre, 

tan buena como ella, 

tan sola como ella, 

con los pies enredados en las guirnaldas 

de un estúpido árbol que enciende/ apaga 

sus luciérnagas famélicas 

“made in Taiwan” 

(porque todo es “made in otro lugar” 

en este lugar donde estás/ no estás 

y en esta hora de rituales baldíos). 



El año que viene, no. 

El año que viene va a ser distinto. 



El año que viene vas a arrastrar tu osamenta 

hasta una playa minúscula

donde nadie te quiera vender 

el invierno y la alegría. 

Y vas a ser vos, mientras tu madre 

vegeta en los cajones de la memoria. 

Y si se trata de vivir, vas a vivir. 

Y si se trata de morir, vas a morir. 

Tu propia vida, tu propia muerte. 

Lejos del vitel toné y los manteles tribales.

Estrenando colmillos, 

estrenado latidos. 

Y sin números rojos que delaten 

que alguien 

-vos, él, ella- 

todavía te está debiendo algo.



Arte: Albert von Keller

Poema publicado en el blog "por qué tiemblan"
 

Poema publicado en el blog De otros mundos

  

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