jueves, 17 de febrero de 2011

MALDITOS SEAN LOS PUENTES



MALDITOS SEAN LOS PUENTES 



Doy un paso al costado del Universo. 

No quiero que el mundo me recompense 

por unas cuantas lágrimas 

y unas palabras torpes arañadas 

debajo  de una campana de cristal blindado. 

Mi abismo se asemeja a una mañana 

atravesada por un puñal de niebla: 

nada es lo que parece ser 

envuelto en la vaho infernal de esta ciudad, 

particular y privada,

donde tomo el té con mis fantasmas

y espero que el maldito London Bridge se caiga de una vez 

y aplaste a todas las vocecitas chillonas 

que tienen ganas de cantar cuando yo me estoy muriendo.
 


Doy dos pasos al costado del Universo. 

Debajo de mi campana me siento segura, 

pero nadie me oye gritar 

(de todos modos, quién querría oír gritar 

a una mujercita loca que ahoga sus penas en té, 

y odia los puentes,

y nunca sabe si corre con los lobos 

o si los lobos la corren a ella).







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