domingo, 24 de enero de 2010

LA MANO DEL ABUELO


LA MANO DEL ABUELO



Una mano amplia sostiene la mía,

menuda y rosada

en la esquina de bruma donde el recuerdo aguarda,

con secreta impaciencia

que la emoción convoque su aleteo 

de pájaro difuso.

Yo tengo cuatro años

y es el mundo

un arca de inéditas sorpresas.

Esa mano gentil, ancha, perenne,

es la mano perfecta del abuelo.

Tomada de esa mano sempiterna

soy casi un barrilete,

asciendo a los cielos vigorosos

de los veranos idos,

me muevo con pericia entre las nubes

y la brisa amortiza mi caída

en el regazo dulce del ciruelo.

Tomada de esa mano entro a los cuentos

y me hamaco en las rubias cabelleras

de las gráciles princesas europeas

a las que nunca voy a parecerme.

Tomada de esa mano me figuro

que la muerte no existe.



Dame la mano, abuelo;

sentémonos los dos en el banquito

y háblame  otra vez  de esa tortuga

que no he olvidado nunca.





3º Premio Poesía Concurso Literario “Homenaje a Rosalía de Castro”, Centro Cultural Rosalía de Castro, Bs. As. (2007) 


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