miércoles, 26 de noviembre de 2008

ESCALOFRÍO


ESCALOFRÍO 



La intrusión de la noche 

se adosa 

a la antigua herida. 

La antigua herida de la infancia, 

con sus caracolitos solos, 

con su cristal descalzo haciendo huella 

en la boca del viento 

(boca rota deletreando huesos, 

dientes resueltos como arañas 

royendo 

lo que queda del crepúsculo). 



La sangre se asoma, desprolija. 

Se exhibe, 

en rojo y desnuda. 

Es tiempo de sales,

de ojos que viajan  remolcando 

un séquito de lágrimas 

(gaviotas húmedas y otra vez la infancia 

doliéndose 

en el natalicio del agua). 

Es tiempo fetal: 

acurrucarse y dormir.



Morir, apenas. 

Morir, si cualquier día es el último día. 

Si antes o después la herida empuja. 

Si toda desaparición es temprana.



Arte: Marina Lie




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