miércoles, 22 de julio de 2009

LA VIDA EN SEPIA


LA VIDA EN SEPIA

“El ómnibus se ha ido
el amor se ha vencido
quise quedarme pero me fui.
Filosofía barata y zapatos de goma
quizás es todo lo que te di”.
Charly García



Una vez amé a un hombre.

Lo amé

como se aman las madrugadas

y los blandos hocicos de los perros viejos,

esos que se echan a nuestros pies

cuando nos acurrucamos

en un recodo del invierno.

Lo amé

como se aman las sobremesas de los domingos,

con sus doradas cortezas de pan

pellizcadas al descuido,

como se ama el olor lejano a tiza y sudor

asaltando las aulas del tedio.



Una vez amé a un hombre.

Lo amé

como se aman las figuritas con brillantina

cuando se tienen diez años

y los ramos de rosas

cuando se tienen quince.

Lo amé

como se aman esos libros que releemos

una y mil veces,

esos libros cuyos párrafos memorizamos,

casi sin querer,

y giran como aspas de molinos

en nuestra ilusión desvanecida

cuando se nos rompe

el sueño de una noche de verano

y nuestra vida se convierte

en la comedia de las equivocaciones.



Ese hombre me abandonó.

Como se abandonan los zapatos viejos,

diría Sabina,

y ni siquiera tuvo la delicadeza

de tirarme dos besos,

o uno.

Por lo menos uno.



No necesito quinientas noches para olvidarlo.

Me basta una noche eterna

y una vida

que jamás volverá a ser la misma.



La vida en sepia,

cantaría una Édith Piaf

más desencantada que nunca.




Arte: Mónica Fernández



No hay comentarios.:

Publicar un comentario